Te damos algunas recomendaciones
que puedes tener en cuenta para
prevenir problemas bucales:
-No fumes.
- Evita, en la medida de lo posible, tomar en exceso dulces y azúcares..
- Evita los refrescos carbonatados ya que contienen ácidos que pueden dañar el esmalte dental.
- Mastica chicle sin azúcar después de las comidas. Ayuda a segregar saliva que protege de la placa.
- Evita, en la medida de lo posible, tomar en exceso dulces y azúcares..
- Evita los refrescos carbonatados ya que contienen ácidos que pueden dañar el esmalte dental.
- Mastica chicle sin azúcar después de las comidas. Ayuda a segregar saliva que protege de la placa.
VISITAS PERIÓDICAS A LA CLINICA
DENTAL
Revisa periódicamente tu boca,
al menos dos veces al año. Tu
dentista te examinará en busca
de posibles problemas, te
aconsejará sobre las mejores
soluciones e intervendrá en los
casos que lo requieran dejando
tu boca en el mejor estado.
La etapa infantil es crucial
para sentar las bases de una
adecuada limpieza buco-dental
para toda la vida. Además los
niños constituyen una población
que presenta un alto riesgo
frente a las enfermedades
dentales.
Durante esta etapa, los padres y
los educadores desarrollan un
papel fundamental en la salud
dental de los más pequeños al
ser el modelo en el que el niño
se puede mirar y porque son los
responsables de iniciar a los
niños en las prácticas
saludables para el cuidado de
sus dientes.
Los dientes comienzan a salir a
los seis meses de vida del bebé
(dos incisivos inferiores y los
dos superiores) en la etapa de
dentición. Es el momento de
acudir por primera vez al
dentista para una inspección de
la boca del bebé y para recibir
sus consejos en cuanto a cuidado
y limpieza.
A los tres años de edad el bebé
tiene ya toda su dentadura
primaria (dientes de leche). Es
conveniente visitar al
Odontopediatra para una
revisión. El cuidado de estos
dientes provisionales no es
menos importante que el de los
definitivos ya que ocupan el
asiento de los posteriores y
unas encías sanas son sinónimo
de un futuro dental de éxito.
A partir de los seis años y
hasta los doce o trece el niño
va perdiendo sus dientes de
leche que van siendo
reemplazados por los
definitivos. En esta época es
importante insistir en una buena
limpieza bucal ya que en los
huecos que dejan los dientes se
acumula gran cantidad de placa
bacteriana.
HÁBITOS Y ACTITUDES DE LA
HIGIENE BUCAL
El niño necesita adquirir una
serie de hábitos de gran
importancia para mantener una
adecuada higiene bucal.
El cepillado dental es uno de los factores más importantes para mantener un buen estado bucal. La participación de los padres y hermanos mayores en esta actividad es fundamental, ya que constituyen el principal modelo de referencia. De los 4 a los 24 meses de vida los padres deben cepillar los dientes de los niños. De los 2 a los 4 años de edad los niños han de limpiarse los dientes con la supervisión de los padres ya que su habilidad motriz es todavía limitada. De los 5 a los 7 años de edad ya han desarrollado más destreza en las manos y por lo tanto la supervisión es menos estricta por parte de los padres. A partir de los 8 años, el niño ya es capaz de limpiarse los dientes correctamente sin ayuda de nadie, siempre y cuando se hayan sentado previamente las bases y hábitos correctos.
Hay que enseñar al niño a
lavarse los dientes al menos dos
veces al día, preferiblemente
por la mañana y antes de irse a
la cama, con un tiempo mínimo en
el cepillado de 2 minutos. Hay
que prestar especial atención a
la superficie de las muelas y a
la parte posterior de los
dientes ya que presentan más
tendencia a la aparición de
cavidades.
Utilizar un cepillo con cerdas
suaves especial para niños y
pasta con flúor o especiales
para niños que habrá que
suministrar en menor cantidad.
Al cepillar, empieza limpiando
la superficie de las muelas con
movimientos de atrás hacia
delante. La superficie exterior
de los dientes se limpiará
colocando el cepillo en un
ángulo de 45 grados en dirección
con la línea de las encías.
Es muy recomendable realizar
movimientos suaves y breves
moviendo el cepillo de atrás
hacia delante. La limpieza de
las superficies frontales
interiores se realizará
manteniendo el cepillo hacia
arriba y con movimientos suaves
de arriba abajo con la punta del
cepillo. Al cepillar la línea de
las encías, hay que asegurarse
de haber alcanzado hasta los
últimos dientes del fondo.
Es conveniente cambiar de
cepillo cada dos o tres meses,
incluso antes si vemos que las
cerdas están muy deterioradas.
Cada niño debe tener su propio
cepillo evitando el intercambio
de los mismos con otros niños.
Hay que enseñar al niño a
enjuagarse los dientes tras el
cepillado, pudiendo utilizar
enjuagues bucales específicos
para niños que aumentan la
protección, y a realizar
prácticas de limpieza
interdental. De este modo
mantendremos un buen estado en
todas sus encías.
Otros aspecto fundamental es
mantener unos buenos hábitos
alimenticios en los niños ya que
a cortas edades se suele abusar
de los dulces propiciando la
aparición de las temidas caries.
En este sentido, es necesario
regular el consumo de alimentos
dulces y de productos azucarados
proponiéndole en todo momento
alternativas tan sanas como la
fruta que además contribuyen a
conseguir un estado de salud
envidiable en el niño.
Recuerda que es responsabilidad
del adulto conseguir unos
dientes sanos y fuertes en sus
hijos ya que ellos no son
conscientes de la importancia de
tener una dentadura sana y
saludable durante el resto de
sus vidas.
Haga sus consultas a el Dr. Mario Baquerizo Alban 672594/74486400 Odontologia-Integrada